Ha sido duro, ha durado demasiado, pero poco a vemos la luz al final del túnel. Volvemos a disfrutar de la vida y de los pequeños placeres que la hacen única. Y no se nos ocurre una mejor manera que celebrarlo en Doñaluz.
La terraza, de impresionantes vistas a la Puerta del Sol, ha abierto de nuevo sus puertas bajo estrictas medidas de seguridad que, paradójicamente, solo conseguirán unirnos aún más. Es el efecto mágico de su influjo, intacto a pesar de todo.
Alzar nuestra copa, brindar por aquello que más queremos, reír sin parar, volver a ver a tus personas favoritas, saborear sorprendentes recetas, probar ese coctel que quedó pendiente… Todo eso vuelve a ser posible en este momento en Doñaluz, al amparo de todas las medidas de seguridad exigidas.
Aprender a vivir en el mundo post COVID no será fácil, por eso es fundamental recuperar los momentos más especiales, sentir que hay algo que sigue inalterable, que no ha cambiado. Este sentimiento se experimenta en Doñaluz cuando, al llegar a la azotea su música te recuerda la última vez que estuviste, la luz de un estremecedor atardecer en buena compañía, ese taco de bogavante recién empezado, esa conversación que quedó pendiente…
Posiblemente no se trate de recuperar el tiempo perdido, sino simplemente de rescatar lo que amábamos. Acércate. Sube a ese ascensor. Siente el influjo. Bienvenido a Doñaluz. Otra vez.
Cuándo: lunes a viernes de 17:00 h. a 1:00 h. Sábado y domingo de 13:00 h. a 1:00 h.
Dónde: Doñaluz. Calle de la Montera, 10. Metro Sol, Sevilla o Gran Vía.
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