En estos días de verano está claro que lo que el cuerpo nos pide es estar en una terraza con una cerveza fría bien cerquita. Sin embargo, es también la época ideal (ahora que la ciudad está un poco más vacía) para disfrutar de otros lugares más íntimos y acogedores, en los que tomarse un café tranquilamente acompañado de la mejor bollería. Y desde luego Oita Café cumple con todos esos requisitos.
Se trata de un local con una decoración exquisita (todo de El Anticuario de Belén) en el que nos encontraremos como en casa desde el primer momento. Paredes de ladrillo visto, sofás de piel… todo pensado para que te siente a tomarte algo y no quieras irte en toda la tarde.
Y es que además es abrir su carta y darte cuenta de que has acertado de pleno pasándote hoy por Oita Café: un delicioso té helado para combatir las altas temperaturas, zumos y smoothies naturales, un sinfín de posibilidades a la hora de tomarte el café… y sobre todo la pastelería, elaborada a diario por un obrador, capaz de hacer uno de los mejores milhojas que hemos probado.