Madrid, una ciudad que es un crisol de culturas y sabores, nos sorprende una vez más con un rincón culinario que desafía las expectativas: La Charca Taberna. Ubicada en la Calle de Juan Álvarez Mendizábal, 7, esta joya gastronómica ofrece un viaje sensorial a Asturias, con un toque de innovación que deleita a los paladares más exigentes.
Desde el momento en que uno cruza el umbral de La Charca, la atmósfera acogedora y la cálida atención prometen una experiencia inolvidable. La decoración, un equilibrio entre lo rústico y lo moderno, prepara el escenario para una comida que es tanto un deleite visual como gustativo.
Menú
Entrantes
El menú, una sinfonía de sabores, comienza con una selección de entrantes que son un homenaje a la tradición asturiana con un giro contemporáneo. Las bolitas de queso de cabra con cebolla caramelizada son la perfecta introducción, equilibrando la cremosidad del queso con el dulce sutil de la cebolla. Le siguen las croquetas caseras de jamón, una explosión de sabor en cada bocado, y las zamburiñas, presentadas con una maestría que realza su delicadeza. La sidra, esa emblemática bebida de Asturias, encuentra también su lugar de honor en La Charca Taberna. No es simplemente un acompañante más en la mesa, sino una parte integral de la experiencia gastronómica.
Pero el verdadero protagonista de los entrantes es, sin duda, las alcachofas rellenas de rabo de toro. Este plato es una combinación audaz y exquisita, es el ejemplo perfecto de la habilidad del chef para fusionar ingredientes tradicionales en creaciones novedosas. El sabor profundo y rico del rabo de toro se complementa a la perfección con la textura suave de la alcachofa, creando una experiencia culinaria que es difícil de superar.
Principal
El segundo plato, el cachopo de quesos asturianos (Vidiago, Gamoneo y La Peral), galardonado con el premio al Mejor Cachopo de España 2020, es una obra maestra. La combinación de quesos crea un juego de texturas y sabores que se fusionan en un equilibrio perfecto, envueltos en un empanado crujiente que recuerda al empanado japonés del tonkatsu es puro placer. Este plato es toda una oda al queso asturiano.
Postres
Para finalizar, los postres son un capítulo aparte en esta aventura gastronómica. La tarta de queso casera, con su textura suave y sabor equilibrado, es un clásico reinventado que nunca falla. Por su parte, el strudel de manzana, una fusión entre lo asturiano y lo alemán, cierra con broche de oro esta experiencia culinaria, dejando un recuerdo dulce y duradero.
La Charca Taberna
La Charca Taberna no es solo un restaurante; es un escaparate de lo mejor de la cocina asturiana, presentado con una creatividad y cuidado que lo convierten en un destino imprescindible para los amantes de la buena mesa. La atención es otro de sus puntos fuertes. El personal, conocedor y apasionado, guía a los comensales a través de la experiencia con grandes recomendaciones y mejor atención si cabe.
Pero más allá de la comida y el servicio, lo que realmente hace destacar a La Charca es su capacidad para mantenerse fiel a las raíces asturianas mientras abraza la innovación. Cada plato refleja un respeto por los ingredientes y las tradiciones, pero con una presentación y una combinación de sabores que son decididamente modernos.
En estos tiempos donde la gastronomía se convierte cada vez más en una forma de arte y expresión, La Charca se destaca como un ejemplo de cómo los sabores tradicionales pueden reinventarse y presentarse de manera que cautivan tanto a los paladares nostálgicos como a los buscadores de nuevas experiencias culinarias. Este es sin duda un lugar donde el arte de la cocina se celebra en cada plato que perdura en la memoria, invitando siempre a regresar a una Asturias que has conocido, aunque sea a través del paladar.
